Por qué las metas nacionales se retrasan y cómo el sector privado puede avanzar primero
Imagina una meta nacional: “cobertura universal de salud para 2030”, “historia clínica interoperable para todos”, “listas de espera razonables”. En el papel, suena cercano. En la práctica, los calendarios se mueven. ¿Por qué pasa? Porque las metas públicas dependen de muchas piezas que deben alinearse a la vez:
financiación, compras públicas, normas, datos que fluyan entre instituciones, talento disponible… y, además, realidades económicas que cambian cada año. La evidencia reciente confirma ese desfase: el progreso hacia la Cobertura Universal de Salud se ha estancado y más personas enfrentan gastos catastróficos en salud, una tendencia observada desde 2015 a la fecha. (Organización Mundial de la Salud)
En América Latina y el Caribe la ecuación se complica por el alto gasto de bolsillo: en promedio, 32.4% del gasto en salud fue pagado directamente por los hogares (dato base 2019, última serie comparable), muy por encima del promedio de la OCDE, con efectos reales sobre protección financiera. Cuando el bolsillo aprieta, la demanda pública y privada siente la presión. (OECD)
Por qué se retrasan las metas nacionales (explicado sin tecnicismos)
1) El tablero macro presiona. Con crecimiento económico moderado y presupuestos sanitarios tensionados, sostener reformas ambiciosas (digitalización, infraestructura, personal) es más difícil y lento. Esa restricción financiera termina afectando calendarios de despliegue. (Reuters)
2) Gobernanza y compras complejas. Digitalizar salud no es “comprar un software”. Requiere gobernanza, arquitectura, gestión del cambio y compras públicas que garanticen competencia y trazabilidad. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó en 2024 una Guía de Compras de Salud Digital que expone estas capas y sugiere rutas ordenadas… lo cual también evidencia por qué los tiempos se alargan cuando faltan capacidades o coordinación. (Publicaciones)
3) Interoperar lleva tiempo (por diseño). Los marcos de interoperabilidad, como el Interoperable Europe Act, en vigor desde 11 de abril de 2024, o la arquitectura TEFCA en Estados Unidos, crean reglas y “carreteras” para que los datos viajen con seguridad. Son avances claves, pero su adopción y maduración requieren hitos técnicos, legales y operativos que no se logran de la noche a la mañana. ( European Commission )
4) Prioridades en competencia. La región avanza en frentes urgentes (seguridad sanitaria, cadenas de suministro de fármacos, APS), lo que compite por presupuesto y foco gerencial. La OCDE advierte que asegurar las cadenas de suministro médicas sigue siendo prioritario tras la pandemia, y eso también reordena agendas. (OECD)
5) Cobertura: avances y “mesetas”. PAHO ha señalado el estancamiento del índice de cobertura de servicios entre 2019 y 2021 en las Américas: aunque se lograron niveles altos en algunos indicadores, la curva perdió velocidad, lo que retrasa metas agregadas. (Organización Panamericana de la Salud)
Mientras tanto… ¿cómo puede avanzar primero el sector privado?
La buena noticia: los hospitales y redes no tienen que esperar a que todo el sistema madure. Pueden construir “islas de excelencia” que, bien conectadas, aceleran resultados clínicos y operativos hoy.
1) Adoptar interoperabilidad “pragmática”.
- Exigir a los proveedores APIs FHIR/HL7, catálogos de datos y reportes de calidad de intercambio (latencia, mensajes con error, completitud).
- Planear conectividad con pagadores, laboratorios e imagenología desde el día uno.
- Los grandes marcos (Interoperable Europe Act, TEFCA) marcan la dirección: datos que fluyen, con reglas claras. Tomar sus principios como guía acelera integraciones locales. (European Commission )
2) Pasar de “reportes” a analytics operable.
- Definir tres preguntas que muevan la aguja (no-shows, tiempos de ciclo, reingresos) y convertirlas en tableros vivos revisados semanalmente.
- Atar cada métrica a una acción concreta de servicio (ej.: lista de altas tempranas). Esto ayuda a navegar en contextos de alta OOP y demanda elástica, donde la eficiencia operativa y la experiencia del paciente son diferenciales. (OECD)
3) Comprar mejor (aunque seas privado).
- Tomar la Guía BID como checklist para licitar soluciones digitales: gobierno del dato, arquitectura, capacitación, métricas y sostenibilidad. Evita proyectos “de moda” sin cimientos. (Publicaciones)
4) Construir continuidad del cuidado con piezas sencillas.
- Portal del paciente con recordatorios y pagos digitales;
- Consentimientos y preadmisión en línea;
- Teleconsulta integrada al expediente.
Estos pasos mejoran acceso y cobranza aun cuando los programas nacionales tarden en consolidarse.
5) Alinear con metas públicas desde lo local.
- Usar estándares y buenas prácticas compatibles con la normativa en construcción.
- Documentar resultados (tiempos, calidad, costos) para influir evidencia y sumar a iniciativas regionales de PAHO/OPS. (Organización Panamericana de la Salud)
¿Dónde encajan HarmoniMD + CLARA?
- HarmoniMD (HIS/EHR en la nube): conectores HL7, tableros clínico- operativos y módulos que facilitan portal del paciente, órdenes integradas y continuidad del cuidado.
- CLARA (asistente médico con IA): resúmenes clínicos verificables y documentación asistida que ahorran tiempo y mejoran adopción, sin sacar al clínico de su flujo.
Conclusión
Las metas nacionales se retrasan porque son maratones institucionales: requieren dinero sostenido, reglas maduras y coordinación entre muchos actores. Pero los hospitales privados no están condenados a esperar la meta de todos para empezar a ganar mejor acceso, calidad y eficiencia. Con interoperabilidad
pragmática, analytics accionable y compras inteligentes, es posible avanzar primero y, de paso, empujar la curva del sistema hacia adelante.
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